Los esfuerzos por eliminar plásticos de un sólo uso en las fiestas populares empiezan a estar en boca de muchas personas y eso es una buena señal. Recientemente una contestación por twitter de D. Carlos González, Alcalde de la ciudad de Elche, me hacía ver que existía ya una preocupación por minimizar su uso, pero no obstante el problema a día de hoy persiste de una manera escandalosa y seguramente porque mucha parte de la población ni siquiera es consciente del problema que genera.

Al fin y al cabo, una vez que hemos terminado de hacer uso del plástico, este desaparece y a priori no lo volvemos a ver… Sin embargo son unas 8 millones de toneladas de plástico las que acaban en los océanos cada año, según un estudio de 2015 de la Universidad de Georgia realizado por Jenna Jambeck.

PLÁSTICOS EN BARRACAS Y HELADERÍAS

Lo más complicado es cambiar hábitos adquiridos a los que ustedes y yo nos hemos acostumbrado y con los que en ocasiones es difícil mantenerse al margen. Hace pocos días se celebraron en Alicante las fiestas de Fogueres de Sant Joan. Me encontraba tocando con mi pequeño grupo de jazz y había llevado conmigo la botella de agua de aluminio rellenada de casa, no obstante el calor era tan fuerte aquella noche que agoté toda la bebida y no me quedó más remedio que acudir a la barra de la barraca al aire libre en la que nos encontrábamos.

Como ya se imaginaran, no había ninguna opción para beber sin tener que recurrir a plásticos de un sólo uso. Se que en muchos lugares se están apuntando ya a la moda de los vasos retornables y rellenables, pero aquí desgraciadamente no había llegado aún y no me quedó más remedio que acabar con un vaso de plástico esa noche.

Al igual que hoy ustedes se horrorizarían si un maestro fumase durante una clase de sus hijos (recuerdo perfectamente a mis profesores fumando en clase), también deberíamos empezar a horrorizarnos de que en nuestra ciudad se celebren fiestas locales como lo hemos hecho siempre. Esto es, sirviendo todo en plásticos de un sólo uso.

Si se fijan en esta imagen publicada en la cuenta de twitter de D. Mariano Valera, Concejal de Igualdad, Derechos Sociales y Políticas Inclusivas del Ayuntamiento de Elche, a excepción de la cerveza que da la sensación de ser lo más sostenible, el resto son plásticos de un sólo uso.

No es cuestión de demonizar las fiestas locales, ni mucho menos, sino de empezar a hacer guiños de que este tipo de acciones no van con los objetivos que creo quiere plantear la ciudad de Elche para 2030 (Amén de de no excluir ninguno de los objetivos de desarrollo sostenible). Creo que me comprenderán si les digo que no tendría sentido cumplir, por ejemplo, el objetivo de Igualdad de Género, pero no el de Paz y Justicia.

Espero sinceramente que algún día nos avergoncemos de ver la cantidad ingente de residuos que generaban nuestros festejos.

Plásticos en heladerías

Las tradicionales heladerías con sus tarrinas, pajitas y cucharillas de plástico, han pasado a engordar la lista de los generadores de residuos. Paradójicamente existe desde el siglo XIX el barquillo de galleta, con el que podemos sostener el helado sin mancharnos las manos. No obstante todavía observo que mucha gente sigue pidiendo el helado en tarrina para llevar.

Tal vez un buen incentivo sería que el precio del cucurucho fuese más económico que el de la tarrina, pero como ese margen lo tendría que aguantar la heladería, quizás lo más sensato como pequeña medida, sería avisar a los clientes de las bondades de no pedir tarrina, o en todo caso quedarse en la terraza con una copa de vidrio y luego así devolverla para su lavado. De momento no he visto ninguna heladería con un cartel de este tipo.

VIAJANDO ES DIFÍCIL NO GENERAR PLÁSTICOS

Fotografía: Snemann on Visual Hunt / CC BY-NC-ND

En la mayoría de las conferencias a las que me invitan está la norma de ofrecer a los ponentes agua embotellada como cortesía. Es un gesto que yo también he hecho cuando he sido el anfitrión, pero creo que hay que cambiar de inmediato esta norma no escrita, se da la circunstancia de que somos cómodos y es bastante raro que los ponentes traigamos nuestra agua de casa, así como en el tren o avión, en donde ya sabemos que si tenemos sed nos ofrecerán bebida o como máximo la podremos comprar a bordo con el consecuente vaso de plástico, que ya por norma, creo que deberíamos rechazar de plano.

Es un tanto contradictorio, pero incluso en la reunión que tuvimos la Comisión de Desarrollo Sostenible de la CEOE, donde ya se presupone que los que asistimos tenemos cierta sensibilidad por estos temas, pude observar 3 vasos de café para llevar y un botellín de agua de plástico…

El problema del agua en aeropuertos

En aeropuertos además tenemos el problema de que por seguridad vamos a tener que pasar el control con nuestra botella vacía, por lo que obligatoriamente vamos a necesitar un grifo para rellenarla de nuevo antes de embarcar. En algunos aeropuertos como el de Barcelona existen fuentes desde hace mucho tiempo para poder beber o rellenar, pero en otros, como el de San Francisco o Charlotte (USA), van más allá, fomentando que los pasajeros rellenen sus botellas en el aeropuerto, lo cual me pareció ejemplarizante frente a otros, como el de Alicante, en el que de momento y hasta donde yo sé, sólo he podido rellenar la botella parcialmente, debido a que los grifos de los lavamanos apenas dejan espacio para poder colocar una botella.

Grifo en aeropuerto de San Francisco instando a que los pasajeros rellenen las botellas de agua en lugar de comprar nuevas. Foto tomada en 2018

CONCIENCIACIÓN A LOS TRABAJADORES

No debemos dar por hecho que otras personas saben exactamente lo mismo que nosotros. Esto me ha sucedido dentro de mis empresas, en las que cuando implanté la política de reciclaje di por hecho que todos sabían hacer un proceso de separación de residuos, pero no fue así. He tenido que enseñar a personas de entre 25 a 38 años a distinguir entre una cáscara de plátano, un envase de yogurt, un trozo de cartón o material electrónico. Me di cuenta que daba por hecho que todos estábamos ya reciclando en nuestras casas, pero la realidad fue otra bien distinta y es que tener que reciclar en la empresa, suponía un incordio para los que trabajaban en ella.

Fotografía: Snemann on Visual Hunt / CC BY-NC-ND

Otra cosa sorprendente de este proceso fue que la empresa que nos proveía de los servicios de limpieza en oficinas no sabía cómo adaptarse al reciclaje en la empresa, es decir, que hubo que explicarles que había que hacer. Esto me puso en alerta de que se deben limpiar muchas empresas en Elche y Alicante sin tener en consideración ningún tipo de reciclaje, sólo porque es más cómodo que todo vaya a al mismo contenedor.

En el aula que teníamos, los alumnos estaban acostumbrados a llegar a la clase y coger arbitrariamente un vaso de plástico del dispensador de la fuente, beber el contenido y tirar el vaso. Esta operación la repetían la mayoría sin ningún tipo de miramiento durante cada clase del Máster. A día de hoy quedan vasos de plástico por si ocurre una emergencia, pero se insta desde el primer día a rellenar y reutilizar regalando un vaso corporativo.

PLÁSTICOS EN LA COMIDA PARA LLEVAR

Algunas personas de mi entorno compran de vez en cuando comida para llevar y son inmunes a la cantidad de aluminio, plástico y cartón que generan. Aún cuando considero incomodísimo cortar algo con un cuchillo de plástico, prefieren usar los cubiertos de la vajilla de un sólo uso, a traerse unos de casa. En la foto se puede ver hasta que punto se pueden generar residuos de una única comida con ensalada, primer y segundo plato y postre. Huelga decir que con una política de envases retornables se podría ahorrar muchísimo. Por desgracia a día de hoy todavía no he convencido a la persona que compró esta comida de que cambie sus hábitos.

Más residuos que comida en este menú para llevar de un restaurante del Parque Empresarial de Elche.

Se que es una cuestión de prioridades, mientras que a muchos de ustedes este comportamiento les parecería inadecuado, a otros estoy seguro que no, pues seguramente pensarán que su impacto en comparación con lo que puede generar una industria o un país como China o India, es apenas insignificante. Pero se trata de cambiar localmente para que el impacto sea global.

Como ya comenté en el artículo sobre la Capitalidad Verde Europea de la ciudad de Elche, a pesar del Real Decreto 293/2018, de 18 de mayo, sobre reducción del consumo de bolsas de plástico, todavía en algunos mercados de Elche me sonríen cuando ven que en mi carro traigo las bolsas para que introduzcan ahí las frutas o verduras y en grandes superficies sinceramente no veo a nadie llevando sus bolsas de plástico para pesar la fruta y verdura.

EDUCACIÓN Y CONCIENCIACIÓN

Los pasos que se están dando son buenos, pero no suficientes, la pregunta que seguro se hacen ¿Llegaremos a tiempo o el cambio será irreversible? El reto está en dejar de lado los intereses personales de una vez por todas.

Educación, concienciación y sobretodo dejar desde este mismo momento de hacer uso de plásticos de un sólo uso.

Fotografía de portada: Kevin Krejci on Visual Hunt / CC BY

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